ELLA LLEVA LA BATUTA – ABC, PARAGUAY

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Las mujeres siguen siendo la excepción en los puestos de liderazgo en la escena musical, dado que la dirección orquestal sigue siendo un dominio masculino. Roit Feldenkreis, la directora israelita, vino a dirigir la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional y marcó la diferencia.

Un ínfimo porcentaje de las orquestas de cámara y ópera son dirigidas por mujeres. En este mundo casi exclusivo de hombres, las directoras de orquesta son todavía una rareza. Tal vez por eso la visita de la directora de orquesta israelita Roit Feldenkreis significó toda una novedad. Hace unos días llevó la batuta del VII Concierto del Ciclo Oficial Internacional 2016 de la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional, que se realizó en el Teatro Municipal.

“Me siento muy feliz. Es maravilloso. Encontré muy buenos músicos y una excelente orquesta”, expresa Roit, quien además es soprano. “Aunque ahora casi no canto”, comenta. La mayoría de su tiempo ocupa dirigiendo orquestas, pero creció cantando en el Coro de la Ópera de Israel y el Coro de la Filarmónica de Israel. “Mi gran anhelo era dirigir”.

Roit comenzó a estudiar música a los siete años, en el coro de su escuela. Su profesora de Música supo ver un talento especial en ella y le dictó clases extra. “Mis estudios incluían ejecutar flauta, clarinete y otros instrumentos, pero ninguno me atraía especialmente”, recuerda. A la par, cantaba en el coro de la escuela y, después, se unió a un famoso coro de Israel, con el cual recorrió, prácticamente, todo el mundo.

Ya en esa época, cuando cantaba en el coro, pensaba: “Cómo me gustaría dirigir esta pieza que estoy cantando ahora y ver qué puedo hacer con ella”, evoca. Después, cuando comenzó a estudiar en la academia de música, en Tel Aviv –en lo que es actualmente la escuela de Zubin Mehta–, decidió que sería directora de coro o de la orquesta. Y optó por esta última, porque era su verdadera pasión. Le decían: “Sos cantante, dirigí el coro”; ella contestaba: “No, quiero la orquesta”. Afortunadamente, nunca sufrió discriminación de género. “En la escuela no había muchas mujeres directoras, pero actualmente hay un gran equilibrio de géneros; te diría que es mitad y mitad”, asegura.

Con el correr de los años, decidió que eso era lo que quería: conducir, tener toda la música en la cabeza, antes que en sus manos. Y comenzó en la academia.

Roit (36) lleva casada 13 años y tiene tres hijos: de 9, 6 y 2 años, por lo cual, cuando inició su primer masterado –ya estaba casada y había nacido su primer hijo–, quería una orquesta cerca de su casa y la encontró. Es directora de la Orquesta de Cámara Israelí Moshavot, de Israel. “Todos los que trabajan allí son voluntarios, no reciben paga. En Israel solo ganan los músicos muy profesionales”, señala. Pero aclara que, si bien el músico no puede vivir de su arte, puede enseñar. Ella, por ejemplo, dicta clases en un conservatorio. “Pero enseño lo que quiero; es decir, debo hacerlo para ayudar a mantener a mi familia y elegí el mejor conservatorio de Israel para enseñar”, indica.

Considera que dirigir no es un tema muy simple, porque los directores tienen que tener muy en cuenta qué es lo que el público quiere escuchar, proponer programas que contengan repertorios clásicos y modernos, y hacer que funcione. “Me siento privilegiada de vivir de la música; no todo el mundo puede hacerlo y, además, viajar alrededor del mundo”.

Cuando dirige, lo que más desea es adentrarse lo mejor posible en la música para concentrarse y dar lo mejor de su corazón a los músicos, para que puedan brindar a la audiencia la música exactamente como ella lo siente y piensa que al compositor le gustaría que se toque.

Al culminar su segundo masterado, empezó a enviar videos a todo el mundo. Y uno de ellos llegó a manos del maestro Diego Sánchez Haase junto con su currículo. Entonces, él le habló de la posibilidad de visitar nuestro país, del repertorio y, en conjunto con la Embajada de Israel, se concretó.

Roit agradece la oportunidad de venir a conocer nuestro país y a gente tan agradable. “Me encanta el Paraguay porque es tan relajado; la gente es tan amigable, y cálida. Es asombroso. Gracias por invitarme. Es una gran oportunidad para mí”.

Fotos ABC Color/Roberto Zarza/Gentileza.

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